Es sábado por la mañana. Las jugadoras pliegan su bastón blanco y se calzan
los botines. El silbato suena dando inicio al entrenamiento, y ellas avanzan con trote suave al grito de “¡voy!”, mientras el cascabel del balón sonoro rueda bajo sus pies como una cajita musical. Cuatro jugadoras con discapacidad visual –junto con una arquera, una guía y una entrenadora (con visión)– forman el equipo de fútbol femenino adaptado para ciegas Las Ramonas, que representa al Club Cañuelas. Su entrenadora, Evelina Cabrera –quien a su vez es presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino–, destaca la importancia de la inclusión de las mujeres en el fútbol. Camila Gorosito es la defensora del equipo. Estudia Gastronomía, pero siente pasión por este deporte, que creció junto a ella de la mano de sus tíos y hermanos. Sostiene que el fútbol es todo en su vida y agrega: “Que sea adaptado para ciegos es muy importante, ya que nos incluye en la sociedad”.
Tamara Racedo estudia Periodismo y es fanática de Boca Juniors. Llegó a un entrenamiento casi de casualidad, y a la semana siguiente ya era parte del equipo.